Satisfacer las necesidades de alimentación de todo el planeta es una de las principales preocupaciones del ser humano. Cada vez, la población es mayor y será más difícil cubrir los resultados de las producciones. Por ello, aparecen sistemas como la agricultura intensiva que explota al máximo los medios de producción para conseguir la mayor rentabilidad de productos por unidad de superficie. Se utilizan diferentes técnicas dependiendo de la disposición geográfica, la calidad de agua de la zona o del tipo de suelo. Además, en este sistema productivo la tierra se cultiva en dos ciclos al año: primavera, para recolectar en verano y en otoño, para hacerlo en invierno.
Decidir qué tipo de agricultura se va a utilizar para trabajar los terrenos es fundamental en el inicio y el resultado del trabajo agrícola. Por ello, en el blog de Fundación Caja Rural Burgos te contamos en qué consiste y cómo utilizar la agricultura intensiva así como sus ventajas e inconvenientes.
Cómo utilizar la agricultura intensiva
Para conseguir una mayor rentabilidad y producción es necesario contar con el apoyo de medios de siembra en condiciones y ambientes controlados. Se utilizan maquinarias especializadas para controlar factores como la humedad y la temperatura del cultivo, y repartir los nutrientes entre toda la explotación agrícola así como la mano de obra cualificada. Asimismo, el uso de la tecnología es fundamental para el desarrollo de la agricultura intensiva facilitando la gestión y control en todo momento. Técnicas como el cultivo en invernaderos puede conseguir varias cosechas anuales.
También se pueden usar fitosanitarios, fertilizantes e insecticidas para favorecer los cultivos. Una técnica que afecta al medio ambiente. Sin embargo, estudios recientes demuestran que puede no ser tan dañina a comparación con otros sistemas. “La huella de carbono es menor que en la mayoría de producciones extensivas, el consumo unitario de la producción intensiva provoca que su uso sea menor que en la agricultura tradicional”.
Para maximizar las producciones también hay que tener en cuenta una serie de decisiones. Por ejemplo, buscar y utilizar tierras que cuenten con un gran nivel de nutrientes y productividad, o la utilización de un solo tipo de semilla. Todos los suelos no dan los mismos resultados aunque se utilicen los sistemas considerados más productivos.
Ventajas e inconvenientes de la agricultura intensiva
Como cualquier otro sistema de producción, la agricultura intensiva tiene una serie de ventajas e inconvenientes. Es importante valorarlas para dar el paso de optar o no por este tipo de agricultura.
Ventajas:
- El mayor rendimiento de los cultivos es la principal razón por la que se utiliza este sistema productivo.
- La mayor generación de beneficios para el agricultor en menos tiempo.
- La producción constante de cultivos permite que el precio final de algunos alimentos sea más bajo para la población. También se obtienen fuera de su principal ciclo de temporada.
- Creación de puestos de trabajo indirectos -maquinarias, productos, transporte, etc-.
- Permite asegurar la alimentación de la población de todo el planeta.
Desventajas:
- El gasto de agua y energía es mayor que en otros tipos de agricultura.
- En algunas ocasiones, se sustituyen los medios de producción tradicionales
- Se puede llegar a perjudicar el suelo si hay una mala gestión y se produce exceso de trabajo. Por ello, es muy importante utilizar técnicas de gestión y control.
- El monocultivo reduce la variedad de cultivos y especies
- Utilización de productos químicos como fertilizantes o pesticidas. Provocando la contaminación y consecuencias para la salud.