Estamos sometidos de manera constante y repetida a un ambiente obesogénico. Pero, ¿qué significa esto? Desde Fundación Caja Rural te traemos este artículo sobre la alimentación que es poco saludable, sus causas y efectos.
Causas del ambiente obesogénico
Sedentarismo
Como norma general, vivimos en una sociedad en la que la vida laboral es sedentaria, acudimos al trabajo en medios motorizados, disponemos de escaleras mecánicas, ascensores, pasamos además muchas horas sentados y no solemos encontrar el tiempo suficiente para poder realizar actividad física.
Además, queremos que la alimentación sea rápida porque tenemos poco tiempo para descansar y no lo vamos a “malgastar” cocinando, así que la industria alimentaria ya se ha encargado de darnos una oferta amplia, aunque no siempre saludable, además del fácil acceso de comida rápida que nos ofrecen desde restauración.
Accesibilidad a productos dulces y sociedad
También es ambiente obesogénico la oferta que nos ofrecen desde las máquinas de vending que nos encontramos en hospitales, colegios, universidades… Incluso la cercanía de ciertas tiendas de productos dulces en los colegios o institutos, hasta en los supermercados la disposición de los productos te repercute de una manera diferente en tu cesta de la compra.
Y no olvidemos la vida social y la sociedad, siendo también factores a tener en cuenta debido a que está socialmente aceptado llevar una alimentación poco sana e influimos en los que están a nuestro alrededor para la toma de decisiones.
¡A quién no le han instado alguna vez a “tomarse otra”, “prueba un poco más” o “come esto que he escuchado que es sano”!
La publicidad
Por otra parte, nos encontramos con la publicidad, que hay mucha y de distintos tipos, desde los anuncios en televisión, como en radio, internet, revistas o periódicos, marquesinas de autobús, vallas publicitarias, en el buzón de casa, en el supermercado… Te animo a que cuentes durante un día normal cuánta publicidad recibes.
El ambiente obesogénico, por tanto, son todos los factores que nos evocan hacia una alimentación poco saludable y el sedentarismo. Todo aquello que nos ha conducido a la actual epidemia de sobrepeso y obesidad.
Los efectos de la publicidad en nuestra alimentación
Es importante conocer que en el ambiente que nos movemos, nos “orientan” hacia un tipo de alimentación, saludable o no. Con el conocimiento, seremos capaces de tomar decisiones no influenciadas por ese ambiente.
Es el caso de la publicidad que nos rodea, está en continua contradicción entre sí. Por ejemplo, en una misma revista de moda podemos encontrarnos en la portada con una chica llamativa anunciando su dieta para perder 10 kilos de peso, mientras que en páginas interiores nos encontramos con un artículo para “comer sin culpa” donde te enseñan recetas de bizcochos de chocolate (dificultando la pérdida de peso que anuncia la chica de la portada).
Lo mismo que puede pasar en la televisión con los programas de salud con dudosos profesionales, famosos promocionando sus dietas, estereotipos de belleza… Todo esto ha generado, como ya hemos comentado antes, un ambiente de confusión, desconocimiento, de incapacidad para tomar decisiones objetivas y fiables porque “lo que hoy es bueno, mañana dicen que es malo”. Mucha problemática está en que toda esa información está sesgada y que existen “limbos” en la legislación publicitaria.
Vamos a desgranar los puntos más importantes a tener en cuenta de la legislación en la publicidad de alimentos, para que tengamos un conocimiento veraz sobre la publicidad que vemos a diario. Se estima que recibimos una media de 3000 impactos publicitarios diarios, ¡casi nada!
¿Qué está prohibido en la publicidad de los alimentos?
Según la Ley 17/2011 de Seguridad alimentaria y nutrición quedará prohibido:
- La aportación de testimonios de profesionales sanitarios o científicos o de pacientes (ambos reales o ficticios), así como la sugerencia de un aval sanitario o científico.
Anuncio real: galletas infantiles avaladas por una sociedad pediátrica
- La promoción del consumo de alimentos con el fin de sustituir el régimen de alimentación o nutrición comunes.
Anuncio real: “si tu niño no come, dale mejor un batido de sabores, será el rey de toda la casa”.
Según el Real Decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos quedará prohibido:
- Que los productos se destinen a la prevención, tratamiento o curación de enfermedades transmisibles, cáncer y otras enfermedades tumorales, insomnio, diabetes y otras enfermedades de metabolismo.
En revistas se han promocionado “alimentos anticáncer”.
- Que sugieran propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad
Seguro que has visto en muchos sitios titulares como “alimentos/productos quemagrasa”.
- Que atribuyan a los productos destinados a regímenes dietéticos o especiales, propiedades curativas, preventivas u otras distintas a las reconocidas por su normativa especial.
Hace un tiempo se puso de moda consumir alimentos sin gluten como alimentación mucho más saludable, sin padecer celiaquía, ¿verdad? No necesariamente.
- Que utilicen el término “natural” como característica vinculada a pretendidos efectos preventivos o terapéuticos.
Tarritos de pastillas con “extractos naturales” que son tan procesados como cualquier producto normal pero al ponerlo en la etiqueta se reconvierte en “natural” y claro, ¿cómo lo natural es mejor, no?
En conclusión, sé crítico/a con aquello que escuches o leas, infórmate bien primero, en fuentes de calidad. Ten a mano opciones fáciles y sanas para cuando estés fuera de casa y así evitar acudir a lo primero que veas, planifica tu momento para realizar actividad física o haz pequeños cambios en tu rutina diaria para moverte un poco más (como subir escaleras, aparcar lejos…), elabora tu plan semanal de menús según tu rutina para evitar hacer compras innecesarias… Son algunos de los ejemplos para plantar cara al ambiente obesogénico.
Para aprender a destapar estos mitos y publicidad engañosa y para ayudarte en el camino hacia la toma de decisiones para tener una alimentación saludable cobra importancia la figura del dietista-nutricionista.