A grandes rasgos, el autismo consiste en una serie de alteraciones que afectan al desarrollo socio-comunicativo de la persona, dificultando sus relaciones sociales con el resto de los individuos. En Europa se calcula que más de uno de cada 100 niños nacidos padece autismo o, según su denominación oficial, Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Esta cifra está manejada a nivel europeo porque, en nuestro país, no existen datos exactos de la presencia del autismo en el total de la población. De esta manera, el número de personas que están recibiendo apoyo profesional para mejorar su calidad de vida, es mucho menor del que debería ser en realidad.
Por eso, la Asociación Autismo Burgos se ha convertido en un referente nacional, en donde trabajan diariamente para que mejore la diagnosis y el tratamiento de los casos tanto de niños como de adultos con TEA. Y, poco a poco, se van consiguiendo mejores resultados.
Creando sonrisas desde 1984
Autismo Burgos nació hace 32 años para educar y tratar a los niños que en aquella época apenas recibían educación porque las escuelas no contaban con ayuda profesional para ellos. Así, comenzaron a dar los primeros pasos con la creación de un colegio especial. En ese momento fue cuando los niños empezaron a sonreír por primera vez.
“Atendimos muchos casos de niños que estaban sin educación, era otro momento, pero es que los echaban hasta de los colegios de educación especial. Entonces nos juntamos unos pocos padres y montamos la asociación. Empezamos a ver que había varios sistemas para el tratamiento del autismo, que funcionaban muy bien, con un profesional de Madrid, Ángel Rivière, que fue el que nos dio las primeras pautas. Enseguida montamos el colegio y partir de ese momento es cuando digo que mi hijo empezó a sonreír, porque los chicos cuando están tratados de forma adecuada, se sienten felices y seguros, porque sufren mucho si no se les trata correctamente”, explica la presidenta de la asociación, Simona Palacios.
Desde entonces esta entidad ha ido creciendo y mejorando sus servicios para este colectivo, hasta que, actualmente, Autismo Burgos presta atención a 221 personas. “Tenemos un servicio de valoración diagnóstica, atención temprana, servicio educativo de apoyo a los chicos, ya que la mayoría están en centros ordinarios,… Además contamos con un centro de día, sistemas de inserción laboral, viviendas, chicos que están en la universidad que también están recibiendo apoyo nuestro; es decir tocamos a todos los ámbitos y de todas las edades”, señala Palacios.
Objetivo: conseguir la inserción laboral
Pese a que la gran mayoría de usuarios de esta asociación son niños, también ayudan a personas adultas con autismo para que puedan incorporarse al mundo laboral, algo muy complicado para este colectivo. Y es que, aunque pueden realizar una tarea de la mejor manera posible, sus dificultades en las habilidades sociales y en los cambios rutinarios les suponen un problema para trabajar.
Es por eso, por lo que la Fundación Caja Rural Burgos ha firmado un convenio de colaboración con Autismo Burgos para financiar un proyecto destinado a conseguir un aumento en la inserción laboral de este colectivo. Y es que, a día de hoy solo una persona se encuentra trabajando de manera estable y remunerada, gracias a la ayuda prestada por esta asociación.
Por eso, con este convenio se trata de enseñarles las habilidades empáticas básicas para que puedan entender las rutinas diarias en el mundo laboral. “Suelen ser muy buenos en cuestiones de informática o cosas muy rutinarias porque son, en general, muy precisos, muy minuciosos, muy meticulosos. Entonces si se les encuentra el sitio y se les apoya bien, son muy buenos trabajadores. Los dos casos que han trabajado en el Ayuntamiento han funcionado muy bien porque hemos aprendido mucho y porque hemos preparado muy bien a la corporación municipal y lo están haciendo estupendamente. Ahora estamos aprendiendo mucho y creo que vamos a conseguir más inserción laboral”, aclara Simona Palacios.
Proyecto Miradas
Además de colaborar en diferentes proyectos europeos desde hace más de 20 años que han sido claves para su crecimiento, Autismo Burgos está desarrollando en la actualidad, en colaboración con la Fundación Miradas, un proyecto piloto fundamental para el tratamiento del TEA desde el nacimiento.
Se trata del proyecto estrella de esta asociación en donde están volcando todos sus esfuerzos, pues es una actuación muy novedosa en el mundo, que, hasta ahora, solo se realiza en Estados Unidos. Su objetivo es empezar a desarrollarlo a partir de enero de 2017.
“Nuestra intención, junto con el HUBU, es detectar el autismo muy pronto para intervenir cuanto antes, a partir de los 6, 9 meses. Cuando el bebé se empieza a desarrollar, su cerebro es muy plástico y según las experiencias a las que esté sometido, el cerebro se desarrolla de una manera o de otra. Por eso hay que tratar de que el cerebro se desarrolle de la forma más normal posible para que las carencias que tiene el niño, sean menores. Parece que trabajar de forma específica desde antes del primer año de vida, da unos resultados fantásticos, según la ciencia”, detalla con optimismo la presidenta de Autismo Burgos.
El proyecto Miradas, junto con el convenio por la inserción laboral, representan la ilusión de estas familias por conseguir que el autismo afecte de la menor manera posible la vida de las personas que padecen este problema y de quienes les acompañan. Con la ayuda de todos, seguro que será posible.