El paisaje castellano siempre se ha caracterizado por sus cerros y páramos labrados de cereal. Pero también los campos de girasoles son un cultivo predominante en esta zona y que interfiere al paisaje unos colores y unos matices especiales.
En esta ocasión dada la época del año en la que estamos, nuestro amigo Abi de ElLiodeAbi, nos propone un paseo por los campos de girasoles de la comarca de la Bureba, uno de los lugares con más presencia de estos cultivos. ¿Nos adentramos en ellos?
Los girasoles son plantas herbáceas originarias de Centroamérica y cuyas semillas fueron traídas a la península por Francisco Pizarro. Actualmente se trata de un cultivo imprescindible en nuestro país tanto para el consumo de sus pipas como para el aceite, incluso para hacer papel o alimentar a los animales.
Una de sus características más llamativas y curiosas, es su capacidad para moverse en busca del sol. Huyen de la sombra a toda costa y si, por ejemplo, están plantados en medio de otros cultivos, se torcerán lo que sea necesario en busca de los rayos de luz.
Un paseo entre los girasoles y los pueblos burebanos
El mejor punto de partida para comenzar esta ruta es desde la capital de la Bureba: Briviesca. Además de ser un punto central que conecta las zonas de girasoles, es un lugar ideal para hacer un poco de turismo y conocer sus lugares más emblemáticos. Abi nos recomienda “el retablo de la iglesia conventual de Santa Clara, tallado en madera de nogal y conocido como el Escorial de los Retablos, la ex colegiata de Santa María y callejear por sus calles rectas y disfrutar de su plaza Mayor, centro neurálgico de la vida de la ciudad”.
La mejor forma de visitar estos campos es circular sin destino entre las carreteras que unen la Bureba. Un recorrido recomendable puede ser salir en dirección los Montes Obarenes por la carretera de Quintanillabón y subir en dirección a La Vid de Bureba. Todo el camino estará impregnado de los colores verdes y amarillos formando una estampa inigualable. Seguir adentrándose en las localidades conexas es una opción más que recomendable.
Otro itinerario muy interesante es partir hacia Poza de la Sal por Quintanabureba y Llano de Bureba para visitar la arquitectura típica castellana, especialmente por el casco histórico de Poza de la Sal. Allí además, visitar el Museo de Félix Rodríguez de la Fuente y el Centro de Interpetración de las Salinas así como las propias salinas es imprescindible.
Para finalizar, si se quiere seguir con la visita cultural, el Santuario de Santa Casilda se encuentra en un entorno natural y cultural espectacular.
En el blog de Abi puedes encontrar más información y las fotos de los campos. ¡Qué lo disfrutes!