El pasado mes de octubre, el Comité Antisida de Burgos recibió el premio Valores por Encima del Valor en la categoría de solidaridad por su labor para con la sociedad burgalesa. Desde su nacimiento en el año 1990, esta asociación se ha dedicado a acompañar y dar una mejor vida a los afectados de sida, así como a realizar diferentes campañas de concienciación a la población en general para comprender esta enfermedad y prevenir al máximo su contagio.
Se trata del primer galardón que reconoce la labor y la trayectoria de esta asociación, que reivindica la importancia de dar visibilidad a colectivo para que la sociedad tome conciencia.
Apoyo y concienciación
Desde que se detectaron los primeros casos del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en los años 80, el sida ha infectado y ha acabado con la vida de miles de personas en el mundo. Además de las consecuencias físicas de esta enfermedad, el virus se convirtió en un estigma social para las personas afectadas que quedaron automáticamente excluidas de la sociedad. Se trataba de una enfermedad culpabilizada y las personas la sufrían en soledad. La labor de los comités antisida en Burgos, y en muchas ciudades de España, ha sido fundamental para ayudar a estas personas en todos los aspectos de su vida. Su trabajo ha pasado por el apoyo emocional y el acompañamiento en los primeros momentos, hasta ofrecerles una mejor calidad de vida y reinserción en la sociedad.
En 1995 comenzaron las buenas noticias. Se descubrieron los primeros tratamientos eficaces que aumentaron la esperanza de vida y la superviviencia de los infectados. Hoy en día las personas con VIH pueden tener una vida normal y saludable con la misma esperanza de vida que una persona totalmente sana. Aunque aún quedaban barreras por superar en el ámbito social.
En su momento, la enfermedad fue catalogada como contagiosa y los afectados no podían tener una vida normal: no podían acudir a residencias, no podían hacer oposiciones, ni contratar un seguro o ir a la piscina. “Se ha trabajado mucho para demostrar que es una enfermedad transmisible no contagiosa, se transmite a través de conductas de riesgo que pueden hacer enfermar a otra persona. Afortunadamente, hoy en día ya pueden hacer estas cosas”, detalla José Antonio Noguero, presidente del Comité Antisida de Burgos.
La labor actual del Comité Antisida
Uno de los hitos más importantes que realizó el Comité en la ciudad de Burgos fue la creación en 2002 de la casa de acogida La Encina, que este año cumple su 20 aniversario. Por aquel entonces, “había muchas personas en situación calamitosa, durmiendo en la calle, sin familia, sin ingresos. Presionando al ayuntamiento conseguimos abrir esta residencia de 10 plazas que cubre las necesidades de sus residentes todos los días del año”, detalla Noguero. Actualmente, el Comité también cuenta una red de pisos que permite conseguir la independencia total y una mejora en la calidad de vida de estas personas.
Además de prestar servicio a los propios afectados, esta asociación dedica gran parte de su labor a campañas de sensibilización y prevención en la sociedad. “Damos charlas, talleres de sexualidad en los institutos, en asociaciones, con migrantes. Queremos exponer los riesgos que hay con el VIH pero desde una perspectiva positiva que no estigmatice”, apunta el presidente del Comité.
Otra línea de actuación es el fomento de la prueba de diagnóstico. “Hace años un porcentaje significativo de población tenía el virus y no lo sabía hasta que se producía un deterioro alto. Desde hace tiempo trabajamos por fomentar que las personas con posibilidades de tener VIH se hagan la prueba”, explica José Antonio. Con ello se consigue que se tomen la medicación a tiempo y no infecten a otras personas. Y es que antes el porcentaje de personas con desconocimiento de que portaba sida era el 30%; ahora está por debajo del 10%. Su desafío actual llegar a 0 casos en 2030. Una meta ambiciosa pero que con esta labor se puede conseguir.
Igualmente, desde el Comité también reivindican un acceso más sencillo a la medicación PrEP. Se trata de un tratamiento de prevención destinado a aquellas personas que tienen más riesgo de contraer esta infección. En países con Estados Unidos o Reino unido está probado que es muy efectivo y disminuye notablemente el riesgo. Sin embargo en España, el acceso a esta medicación tiene que ser recetada por el médico especialista y llevar un seguimiento del tratamiento, lo que supone una barrera mayor para las personas que lo puedan necesitar.
No cabe duda que gracias a estas asociaciones y al avance de la medicina se ha conseguido mejorar la calidad de vida de este colectivo y desestigmatizar en mayor medida su situación. Aunque todavía queda trabajo por hacer, la labor de la solidaridad sigue siendo imprescindible para mejorar la sociedad en la que vivimos.