A raíz de la ambición de cuatro jóvenes por trabajar en el patrimonio natural y cultural de Burgos y, en general, de Castilla y León, surgió la Fundación Oxígeno en el año 2000.
Y desde entonces hasta ahora, su constante trabajo por aunar los intereses sociales y económicos a favor de una cultura ambiental que sensibilice a la ciudadanía para ser más sostenible y respetuosa con el medio natural, ha hecho merecedora a esta asociación del Premio Valores Por Encima del Valor en la categoría de solidaridad.
En este sentido, el principal objetivo de la Fundación Oxígeno desde sus inicios, es transmitir una educación ambiental que repercuta en las acciones diarias de las personas. “Consideramos que todas las personas y sectores empresariales tenemos mucho que decir de cara a la preservación de nuestro entorno, porque somos quienes más usamos diariamente los recursos naturales y tenemos que trabajar en formarnos, en educarnos y en buscar una forma más respetuosa y sostenible del manejo de estos recursos”, detallaba Roberto Lozano, gerente de esta fundación.
Proyectos y ámbito de actuación
Pese a que esta asociación dedicada al medio ambiente únicamente cuenta con 6 miembros, son muchos los proyectos y las campañas que desarrollan a lo largo del año con ayuda de voluntarios y profesionales.
Y es que, su ámbito de actuación, además de a Burgos y Castilla y León, también se circunscribe al resto de comunidades autónomas de forma puntual e, incluso a nivel internacional en África y América del Sur.
Así, la primera de sus líneas de acción es la educación ambiental. Una educación dirigida a niños, adultos y especialmente a diferentes colectivos laborales como agricultores, ganaderos, cazadores, pescadores e incluso arquitectos. Todo ello con el objetivo de que apliquen las directrices medioambientales en su día a día y en su trabajo.
Una vez inculcadas las ideas, es el momento de actuar. Por eso, también realizan actuaciones de voluntariado porque, según Lozano, “a través de las actuaciones vinculadas con las personas y el medio rural, la gente se hace más partícipe de los problemas que sufre nuestro entorno”.
Igualmente, en el ámbito de la fauna y la flora, desarrollan intervenciones para la preservación y conservación de hábitats que se encuentran degradados y en la protección de animales en peligro de extinción, como la alondra ricoti en el páramo de corcos, entre las provincias de Burgos y Segovia.
Por otro lado, Fundación Oxígeno ha impulsado ‘el hueco verde’, un proyecto que promueve las iniciativas verdes en Burgos de aquellos emprendedores que tengan como objetivo la sostenibilidad ambiental. “Durante los tres años que llevamos han pasado unos 49 emprendedores de la provincia: arquitectos, ganaderos, monitores de tiempo libre, diseñadores gráficos, … a los que les damossoporte siempre que vinculen su trabajo con el medio ambiente”, señalaba Roberto Lozano.
Logros conseguidos por la Fundación Oxígeno
Durante estos más de 15 años el balance de la trayectoria de Fundación Oxígeno es muy positivo. “Hemos conseguido una actividad muy alta. Como media han pasado unas 10.000 personas al año participando en alguna actividad medioambiental y eso es un logro muy importante porque vemos como la gente cada vez está más a favor del medio ambiente”, destacaba el gerente de esta asociación.
Además, el reconocimiento de Fundación Caja Rural Burgos en los Premios Valores Por Encima Del Valor también ha sido un éxito más para esta asociación porque ha dado mayor visibilidad a su trabajo. “El reconocimiento que nos hace CajaViva-Caja Rural tiene más valor aún, ya que es una entidad íntimamente ligada al territorio, a los pueblos y sus gentes”, manifestaba Lozano.
Con vistas al futuro
Pese a que Roberto cree que existe una conciencia cada vez más implantada sobre el medio ambiente en la sociedad, opina que todavía falta esa ‘chispa’ que lleve a las personas a actuar para cambiar las cosas. “Tenemos que ser capaces de conocer bien las repercusiones de nuestros gestos cotidianos en el medio ambiente. Cuando lo sepamos, actuaremos de otra manera”, añadía.
Para ello, exponía que hay que empezar por fomentar un consumo de productos locales porque “el consumo es la mejor arma que tenemos para ayudar al medio ambiente”. Así, explicaba Lozano, que, si en Burgos o en sus alrededores se elaboran ciertos productos, no es lógico traer el mismo producto desde Andalucía o desde otros países más lejanos.
“Según datos de la Cámara de Comercio, de los 100 euros que dejas en una gran superficie, 30 se quedan en el entorno. Pero cuando compras en el pequeño comercio, es al revés, 70 euros se quedan en el entorno. Todo eso tenemos que ser capaces de verlo y de actuar en consecuencia”.
En esta línea de consumo responsable y cercano, la Fundación Oxígeno está trabajando en un proyecto denominado “mercado autóctono”, en el que diferentes productores locales que tengan un compromiso con la sociedad de su alrededor y en la forma de cultivar y/o elaborar sus productos, los vendan luego en Burgos. “Queremos potenciar el consumo de cercanía o de proximidad, ese que tiene que ver con el asentamiento de la vida rural, que no influye en el cambio climático y que es más saludable”, expresaba el gerente.
Y es que, cuidar del planeta es solo cosa de nosotros mismos. Cada gesto cuenta para que tengamos una vida más saludable.