La unión del arte contemporáneo con el gótico y el barroco se nos antoja como algo fascinante. Y si a esto le añadimos el entorno de la naturaleza, la situación se tiñe bucólica. Sin ir más lejos que en nuestra propia provincia, esto es lo que podemos encontrarnos en el llamado Jardín Secreto del Monasterio de San Salvador de Oña: una exposición de artistas actuales en pleno entorno benedictino. ¡Nuestro amigo, Abi. el bloguero de ElLioDeAbi, nos lo cuenta en esta entrada!
El Jardín Secreto, o los Jardines Secretos porque hay más de uno, pertenecen al Monasterio de San Salvador de Oña, un monasterio benedictino con gran importancia en la historia de Castilla fuertemente vinculado a la realeza castellana en la Edad Media. (En la entrada de nuestra amiga Silvia sobre Oña, puedes conocer más curiosidades sobre estos jardines).
Su riqueza artística abarca varios períodos históricos: desde el románico hasta el gótico pasando por el barroco y el mudéjar, además de atesorar unos espléndidos jardines a su alrededor. Aquí es donde, por sexto año consecutivo, abren sus puertas al público para acoger una exposición de arte contemporáneo de diferentes artistas que permanecerá hasta el mes de diciembre.
¿Qué ver en el Jardín Secreto?
Para comenzar el recorrido de la exposición podemos hacerlo desde dos puntos: desde la plaza Conde Sancho García, al lado de la fachada principal del Monasterio, o desde la Casa del Parque del Parque Natural Montes Obarenes San Zadornil. Una vez comenzada la ruta, podéis ver esta exposición en la que 35 artistas, de los cuales 23 son nuevos este año, han representado diferentes expresiones artísticas en ocho disciplinas: Fotografía, Cantería, Reprografía Tapiz, Escultura, Pintura, Esmalte, Instalaciones y Collage.
Una vez terminado el recorrido, puedes continuar la visita por el municipio de Oña hasta la gruta de San José. Además, si andar es lo tuyo, puedes coger el sendero que va junto a la tapia del Convento por la ermita de Santo Toribio y el mirador de Vista Alegre. Se trata de un trayecto de unos dos kilómetros y medio cuya duración es de unos 50 minutos pero que merece la pena por sus magníficas vistas.
Si te has quedado con ganas de más y de ver fotografías sobre la exposición, puedes visitar la entrada de Abi.