Las certificaciones agroalimentarias son imprescindibles a la hora de demostrar confianza y calidad de un alimento de cara al mercado. Ya sea hacia los mercados nacionales o internacionales a la hora de exportar los productos, como de cara al consumidor final. Y es que, es habitual que los consumidores se fijen en estos estándares, puesto que cada vez valoran más los productos que son amigables con el medio ambiente, así como de cercanía.
Por eso hoy en Fundación Caja Rural Burgos te vamos a explicar cuáles son las principales certificaciones y, quizá las más importantes de cara a conseguir esa confianza en el cliente final y a la hora de introducirse en nuevos mercados.
¿Cuáles son las principales certificaciones agroalimentarias?
1- Global G.A.P
Se trata de la certificación líder mundial en el sector. Aplica una serie de normas que garantizan que se han utilizado técnicas de producción minimizando el impacto con el medio ambiente, que los recursos naturales se trabajan de forma eficiente y que los trabajadores y animales se encuentran en buenas condiciones de trabajo y de vida.
Dichas prácticas van desde el proceso anterior a la cosecha hasta que el producto sale de la explotación agrícola para entrar en el mercado.
Con esta certificación, se permite a los productores acceder al mercado global, puesto que es imprescindible para entrar en Estados Unidos por ejemplo. Asimismo, se reducirá el riesgo de obtener una mala reputación por problemas de seguridad alimentaria.
2- Normas BRC e IFS
Se trata de normas internacionales y privadas que se centran en los procesos de elaboración, manipulación, transformación, etiquetado, distribución y almacenamiento de los alimentos. Aunque cada una representa unos mercados diferentes, disponer de al menos una de ellas te asegurará importantes industrias agroalimentarias internacionales.
- La certificación BRC (British Retail Consortium) está orientada a mercado anglosajones: Reino Unido y el resto de países anglosajones. También a hispanoamérica y oriente.
- Por su parte la certificación IFS (International Featured Standards), es una norma alemana pero también adoptada en países como Italia y Francia. En este caso, es más exigente que la BRC.
Disponer de ellas, te puede asegurar el control en todas las fases de producción, además de una defensa legal.
3- Agricultura ecológica
Esta certificación es pública, la avala el Parlamento Europeo. En este caso se trata de promover la protección del medio ambiente, el desarrollo rural y el bienestar animal. También responder a la demanda de productos ecológicos, cada vez más demandados por los usuarios.
Además de aplicarse sobre los productos destinados a la alimentación humana y animal procedentes de la agricultura o ganadería, también permite certificar aquellos como ceras, aceites esenciales, sal, lana, pieles y preparados vegetales.
El principal beneficio de contar con esta certificación, es que se encuentra dentro de la PAC, por lo que quien cumpla con las normas recibirá ayudas financieras.
4- Agricultura integrada
En este caso, también es otra de las certificaciones agroalimentarias públicas, pero a diferencia de la agricultura ecológica, está permite el uso de pesticidas y abonos, aunque de forma restringida.
También tiene como objetivo cuidar el medio ambiente. Así, se basa en el uso racionalizado del medio productivo como el suelo, el agua, etc.
Este certificado permite al agricultor reducir costes puesto que se utiliza de forma mesurada ciertos productos. Además, los productos con esta certificación contarán con un valor añadido a la hora de entrar en los mercados.
5- DOP e IGP
En este caso, estas certificaciones agroalimentarias se rigen con un carácter local que certifica que se trata de productos de una zona única y con unas características únicas.
- La DOP (Denominación de Origen Protegida) es un sistema para identificar que un producto sea producido, transformado y elaborado en una zona concreta. Para ello, debe cumplir una serie de requisitos propios de dicha zona.
- La IGP (Indicación Geográfica Protegida). En este caso, lo que le diferencia de la DOP es que únicamente se exige que el origen del producto pertenezca a un determinado lugar. El resto de procesos pueden haberse realizado en otra ubicación.