El 20% de la superficie agrícola de Castilla y León tiene la declaración de zona vulnerable por contaminación de nitratos y pasa de los 67 municipios incluidos en 2009, a los 387 en la última revisión de 2020, algo que puede afectar a los beneficiarios de la PAC que tienen sus explotaciones en estas áreas. Este y otros aspectos han sido abordados por técnicos especializados en la materia de la Junta de Castilla y León en la primera jornada del Ciclo Aula Agraria de Fundación Caja Rural.
El último Decreto de la Junta de Castilla y León que regula estas zonas vulnerables y que atiende a las exigencias de la Unión Europea sobre la materia, amplía 10.000 kilómetros cuadrados las zonas con altos niveles de nitratos en sus masas de agua. Para que un municipio sea incluido en este listado, los niveles de nitratos en sus aguas subterráneas deben superar los 50 mg/l, en los análisis que efectúan periódicamente las correspondientes confederaciones hidrógráficas. Estos niveles, previsiblemente se reducirán a 37,5 mg/l en la nueva normativa que prepara el Ministerio de Transición Ecológica y Agenda 2030.
Burgos, la provincia más afectada
Burgos es la provincia de la comunidad donde más han subido el número de zonas afectadas, ya que pasa de no tener ninguna en la regulación de 2009 a 7, entre las que destacan los Aluviales de Miranda de Ebro, del Oca y de Río Tirón, Aranda de Duero, Castrojeriz-Villadiego, Ibeas de Juarros y algunos municipios del Páramo de Esgueva, en total 91 pueblos.
Con la incorporación de estas zonas vulnerables, los agricultores burgaleses con parcelas en las pedanías afectadas están obligados a cumplimentar el apartado de fertilización de sus cuadernos de campo según la normativa europea. Así deberán reflejar las dosis de fertilízate que utilizan en sus explotaciones y, si exceden los parámetros fijados por la administración, podría suponer penalizaciones en su PAC de entre un 1% y un 5%. En caso de ser reincidente la reducción en sus ayudas se elevaría de entre un 15% a un 50% y, si se demuestra que el incumplimiento es intencionado, supondría la supresión de la subvención. Como explicó Licinio Díez, técnico facultativo de la Dirección General de la PAC de la Junta de Castilla y León, en el anterior Decreto de 2009 se presentaron 4.000 solicitudes dentro de las 10 zonas vulnerables fijadas en ese momento. De ellas solo un 5% de las revisadas tuvieron penalizaciones por reflejar dosis mayores a las permitidas en sus cuadernos de campo, lo que en datos globales se podría extrapolar a un 0,5% del total de solicitudes.
Con la nueva normativa se quiere controlar el uso de estos abonos no sólo para reducir el impacto en el medio ambiente, sino también en el ahorro del agricultor en la fertilización de sus explotaciones según Jaime Fernández, jefe del Servicio de Prevención Ambiental y Cambio Climático de la Junta. Además, Fernández ha añadido que el origen del nitrógeno que llega a las aguas de los acuíferos proviene, en parte, de un exceso de aportes nitrogenados de los fertilizantes que se utilizan en la actividad agrícola, por lo que es necesario seguir de manera minuciosa las indicaciones específicas para cada tipo de cultivo y tener en cuenta los niveles de nitratos presentes en la tierra antes de su fertilización.
Fundación Caja Rural está para ayudarte
Con el Ciclo Aula Agraria Fundación Caja Rural Burgos pone a disposición de los profesionales del campo las herramientas necesarias para llevar a cabo su actividad con todas las garantías. Esta acción formativa se suma además a la labor de servicio de asesoramiento a agricultores que lleva a cabo la Fundación y que incluye la gestión de la PAC o el control y elaboración de los cuadernos de campo exigidos por normativa, entre otros.