La trufa negra es un manjar altamente valorado en la gastronomía. Este hongo, asociado a las raíces de árboles como robles y encinas, se utiliza como aromatizante en la cocina debido a su intenso aroma. En España, la demanda de trufa negra ha crecido significativamente gracias al auge de la cocina de autor y a la calidad superior del producto nacional.
Recolección de la trufa negra burgalesa
Además de su calidad culinaria, la trufa negra es apreciada por su escasez. Encontrarla es una tarea compleja, ya que depende del clima y requiere perros adiestrados para localizarla bajo tierra.
La Asociación de Truficultura de Burgos, liderada por Rubén Heras, fue fundada hace un año para fomentar la producción, difusión y transformación de la trufa negra en la provincia de Burgos.
Las tierras de la zona de Lara y la comarca del Arlanza son las áreas de mayor producción natural de trufa negra en Burgos. Sin embargo, la acción humana ha reducido la cantidad de trufa disponible en la naturaleza. Según Rubén Heras, “el uso de los montes y fincas ha espesado los bosques de encinas, disminuyendo la producción natural de trufa”.
Este declive ha sido compensado por el aumento de plantaciones en fincas particulares. El cultivo de la trufa requiere suelos básicos, con un pH entre 7.5 y 8.5, condición fundamental para el crecimiento de trufas de calidad. Actualmente, Burgos cuenta con unas 300 hectáreas de plantaciones de trufa negra, principalmente en el sur de la provincia.
Impacto socioeconómico del cultivo de trufa negra burgalesa
El cultivo de trufa negra burgalesa puede revitalizar el valor socioeconómico de las zonas rurales. Rubén Heras destaca que “el cultivo de trufa no genera grandes gastos y puede complementar la renta de los habitantes locales, ayudando a fijar la población en el entorno rural”.
La Asociación de Truficultura de Burgos está en proceso de firmar un convenio de colaboración con Cajaviva Caja Rural de Aranda de Duero para ofrecer financiación a los productores de trufa, garantizando la idoneidad de sus fincas para el cultivo.
La Feria de la Trufa Negra en Quintanalara
Quintanalara, un pueblo referente en la producción de trufa negra, acogió en enero la tercera edición de la Feria de la Trufa Negra. Según Rubén Heras, esta feria es la única actividad en Burgos que promueve este producto.
La feria contó con 23 stands que abarcaban todo el proceso de producción de la trufa, desde el asesoramiento de fincas hasta la venta de trufas y productos derivados.
Es esencial formar a los productores sobre el cultivo de la trufa negra. “Aún tenemos plantaciones jóvenes y muchos productores necesitan formación sobre el manejo y la valorización de las trufas”, señaló Heras. La Asociación ofrecerá jornadas formativas en abril y servicios técnicos para sus socios.
Con estos proyectos, la Asociación de Truficultura de Burgos espera mejorar la formación y el rendimiento de las explotaciones, aspirando a convertir a Burgos en un referente nacional en la producción y comercialización de trufa negra.