Se acaba el verano y comienza la vuelta a la rutina. Nuestro tiempo es oro y es importante saber cómo gestionarlo. El no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy se debe imponer en lo que realmente merece la pena. Disfruta de tu tiempo con los tuyos y haz lo que más te gusta. Saber separar las obligaciones del día a día de los ratos libres, en algunas ocasiones no es nada fácil. Por ello, en el blog de Fundación Caja Rural Burgos te contamos cómo ahorrar tiempo y hacer más levadera la vuelta a la rutina.
Planifica tu día por la mañana
Comienza a organizarte desde la primera hora del día. Tu estado de ánimo puede depender de las decisiones que tomes. Planifica tus actividades teniendo en cuenta tus obligaciones y calcula el tiempo que tienes para ti. Deja al menos treinta minutos para ti y afronta el nuevo día con ánimo y alegría. Además, es recomendable que prepares todo lo que necesites la noche anterior.
No se invierte mucho tiempo y al día siguiente tendrás más tiempo. Por ejemplo, elige la ropa del día siguiente, prepara la mochila o bolso o dúchate por adelantado. Sin embargo, no dejes de acostarte a una hora razonable, sino puedes invertir esta técnica y perder tiempo durante la noche anterior y la misma mañana.
Programa tus comidas en la vuelta a la rutina
En verano nuestra alimentación suele cambiar y nos permitimos algún caprichito demás. Comer o cenar fuera de casa es más habitual que en cualquier época del año. En la vuelta a la rutina puedes simplemente realizar un menú semanal o elegir uno o dos días para preparar toda la comida. Puedes optar por técnicas como utilizar los mismos alimentos en distintos platos. Elige algunos ingredientes principales y prepáralos de distintos maneras.
Si prefieres cocinar el mismo día de la ingesta planifica platos que no requieran mucha elaboración. Por supuesto, recuerda que existen varios métodos de conservación de la comida.
La música es el acompañante perfecto de la rutina
Cada vez más personas aseguran que la música es su mejor aliado en el día a día. Música para despertar, en el transporte público y privado, camino al trabajo o supermercado, en la ducha o simplemente para desconectar. Puedes crear una lista de reproducción con tus canciones favoritas o con composiciones relajantes. Estas ayudan a mantener el cerebro alerta. No es necesario que estés unido a la tecnología, deja que fluyan las letras y los sonidos. Respira y escucha, date cuenta de los pequeños momentos del día.
Aprovecha la tecnología
Vivimos en una sociedad en la que la mayor parte del día estamos conectados. Dejar la tecnología apartada durante un rato es muy importante. Pero también es fundamental saber aprovecharla para que nos ayude en nuestra rutina diaria. Hay numerosas y variadas aplicaciones y programas que pueden ayudarte a organizarte y facilitan tareas del día a día. Algunas de ellas son Ruralvía Pay y Bizum, que te permiten pagar con el móvil y enviar dinero a tus contactos. También puedes llevar una agenda en tu móvil con la que puedes crear calendarios, alertas, apuntar tus progresos, proponer nuevos planes y compartirlo con tus amigos.
Deja tiempo para ti a lo largo del día
Es fundamental darnos tiempo a nosotros mismos. En algunas ocasiones dedicamos demasiado tiempo a los demás y al trabajo y nos sentimos que no podemos ni respirar. En ese momento comienzan los cuadros de estrés. Cuídate y preocúpate de ti mismo. Puedes compaginarlo perfectamente con las personas de tu entorno y tus obligaciones. Hacer deporte, leer un libro, ver una película o realizar las actividades lúdicas o culturales que más nos gustan son algunas opciones. Cada uno sabe lo que necesita en sus pequeños ratitos. Escúchate y descubre lo que necesitas.