El café, como muchas cosas en la vida, no puede dejarte indiferente. O lo amas, o lo odias. Si eres de los segundos, probablemente pienses que este post no va contigo, pero quédate y verás que no. Y si eres de los primeros, simplemente prepárate una taza de tu bebida favorita, que ya sabemos cuál es, y disfruta.
En esta entrada te contaremos cómo y dónde nació esta bebida, qué efecto tiene en el cuerpo, cuándo es mejor tomarlo, qué sustitutivos puedes probar, y más. Te avisamos, después de leer cambiará tu percepción y tu forma de consumir el café.
¿De dónde proviene esta forma de consumir café?
Pese a que no hay una fecha exacta atribuida a su origen, la teoría más extendida lo asocia a Etiopía en el siglo IX, cuando un pastor vio un comportamiento inusual en su rebaño después de ingerir unas (para él) extrañas bayas. El pastor decidió entregárselas a un sabio religioso de la zona.
Cuando este sabio probó el extracto del café al hervir, lo tiró al fuego tras probar su sabor amargo. De estos granos, al quemarse, emanaba un olor agradable que animó al hombre a volver a probar a hervirlo para extraer y conseguir, sin saberlo, la primera taza de café.
Una vez estandarizado este sistema, éste se exportó a Yemen, Ceilán y la India. Más tarde, el café se introdujo a Europa, concretamente al Jardín Botánico de Amsterdam. Una vez dentro de Europa, se generalizó su consumo por todos los países europeos así como sus colonias a partir del siglo XVIII.
¿Cuál es su efecto?
Seguro que alguna vez te has preguntado cómo esa tacita tan pequeña puede hacer que puedas con todo lo que se te presente delante en tu trabajo, sea la hora que sea y se trate de lo que se trate.
Pues verás, el café, por sí mismo, no estimula el cuerpo. ¿Cómo? Lo que lees. Realmente, el café, o su principal alcaloide, la cafeína, inhibe las señales de cansancio de nuestro cuerpo, bloquea estas señales permitiéndonos estar más activos.
¿De qué depende la estimulación en el cuerpo?
La estimulación en el cuerpo humano está limitada por los niveles de la hormona cortisol. Ésta, que la produce naturalmente el cuerpo, tiene picos a lo largo del día. Lo importante a la hora de tomar café o cualquier bebida estimulante es tenerlo en cuenta.
Los más altos se encuentran al despertarse, entre las 12 y 13, y por la tarde, entre las 17:30 y 18:30. Teniendo esta información, si bebemos café por su efecto y no solamente por ocio, podremos calcular cuáles son los momentos óptimos para disfrutarlo.
¿Cuándo es mejor tomarlo?
Como habrás podido deducir, el mejor momento para tomar café coincidirá con las bajadas en los niveles de cortisol. Estos periodos pueden empezar media hora después de un pico y hasta media hora antes del siguiente.
Seguramente ya lo habrás calculado, pero por si acaso, te lo dejamos claro por aquí. Los mejores momentos para tomar café son de las 9:30 a las 11:30 y de las 13:30 a las 17:00, si quieres aprovechar al máximo su efecto.
Y… ¿Con qué lo puedo sustituir?
Si no te gusta su sabor, o simplemente quieres probar otras alternativas para variar la rutina, te damos alguna recomendación. La primera es que no consumas bebidas energéticas. Además de que cuentan con un nivel muy alto de cafeína, también son muy azucaradas y cuentan con ingredientes perjudiciales para el cuerpo.
Te aconsejamos beber té. Su gran variedad de gamas y sabores te dará una solución concreta para cada necesidad que se te presente y, si no, su sabor será aliciente suficiente para su consumo. Puedes leer sobre sus beneficios en este post que publicamos. Además, el agua de coco también es una opción, dado su contenido alto en potasio y bajo en azúcar.