¡Qué viva la música! Y no puede ser de otra manera porque en verano estamos repletos de festivales en Burgos, de norte a sur de nuestra provincia. Este mes, nuestra colaboradora Silvia Sancidrián, de Burgos Experience, ha querido hacernos un recorrido por 5 de los más importantes que se celebrarán en a finales de julio, en agosto y principios de septiembre de 2024. ¿Quién dijo que en verano no hay nada que hacer cerca de casa?
Este post es un guiño a todos aquellos amantes de los festivales en Burgos en verano, que los hay y muchos. También lo es para todas aquellas personas que me preguntan dónde encontrar una relación de planes que hacer en la provincia cuando toca trabajar en agosto, y la única opción es escaparse un fin de semana a los alrededores.
Pues bien, a continuación (y en orden cronológico de celebración) os relaciono cinco de los festivales de música a los que aún podéis acudir este verano en nuestra provincia. Los hay alternativos, de música folk, rock: para jóvenes o para hacer en familia. Sea cual sea aquel por el que os decantéis: ¡disfrutadlo!
1. Tresparock, en Trespaderne
Apenas queda nada. Del 18 al 21 de julio, la localidad de Trespaderne estará lista para celebrar la XI edición de este singular festival, que en su día tomó el relevo del Baitu Rock. Durante tres días, la música de las bandas alternativas que conforman el cartel inundará sus calles. Así, se podrá escuchar a: Non Servium, Sentido Crítico,Moscow Death Brigade, Animales Muertos, Envidia Kotxina, Último Rekurso, Zero, Josetxu Piperrak, Diegovision, Loncha Velasco, Grippers, Mozkor Alaiak, Txarangazo, Tensö, Kaos Urbano, KOP, BajopresióN e Insurrectos.
El Tresparock nació en el año 2012 de la mano de la Asociación Trespa Joven. Se trata de un colectivo cultural sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es expandir el rock (y si me lo permitís, «el buen rollo») en Las Merindades. El festival tiene lugar en una plaza abierta con aforo limitado, por lo que tanto organizadores, como voluntarios, músicos y asistentes se afanan y dan lo mejor de sí mismos para que todo salga bien. Y según me cuentan, hasta ahora lo han conseguido en todas las ediciones. También ofrecen acampada gratuita cerca del río y precios populares. ¿Acaso se puede pedir más? T
2. Sonorama, en Aranda de Duero
Del 7 al 11 de agosto. Sin duda alguna, estamos ante el festival de los festivales en Burgos. También es uno de los más importantes del panorama nacional, cita obligada para todos aquellos «festivaleros» de mi guiño del principio. En el cartel de este año destaca la presencia de Hombres G, y junto a ellos, artistas y grupos españoles de alto copete como Mikel Izal, Travis Birds, SFDK, El Kanka, entre otros. Durante unos días, la villa de Aranda se convertirá en el hogar improvisado de miles y miles de personas, que se moverán de la plaza del Trigo a El Picón, para disfrutar no solo de los conciertos, sino también del gran ambiente general. ¡Que así sea!
3. Pollogómez Folk, en Villangómez
Curioso nombre para un festival, ¿verdad? Al parecer, en su día, esta localidad de la comarca del Arlanza era la mayor productora de pollos de Castilla y León.
Por lo que al festival respecta, este comenzó a celebrarse en el año 2010, y al igual que otros festivales de la provincia quiere consolidar un proyecto de crecimiento sostenible en el medio rural. Por ello es mucho más que música e integra: mercado tradicional, comida popular, talleres, cultura (con su ruta de murales y escritores) y, por supuesto, a los más pequeños, con su programa Little Chicken. La cita es el 23 y 24 de agosto.
4. Festivalle Tobalina, Quintana Martín Galíndez
El Festivalle Tobalina es un festival de Rock N Roll. Celebra su XVI aniversario, manteniendo su identidad única con un ambiente acogedor en un entorno rural. Contará con artistas nacionales e internacionales como Daddy Long Legs y Nine Pound Hammer. Se celebrará el 30 y 31 de agosto.
5. Ebrovisión, en Miranda de Ebro
La última cita es del 5 al 8 de septiembre de 2024. Organizado ininterrumpidamente por la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo desde el verano de 2001, el Festival nació de la inquietud de varios jóvenes de la localidad que querían acercar la música que les apasionaba a su ciudad y poner Miranda de Ebro en el mapa musical y cultural del país. A fe de los resultados (20.000 asistentes el año pasado y finalistas de los Premios Fest, en sus dos últimas ediciones) tengo la sensación de que su sueño se está convirtiendo en realidad, sino lo ha hecho ya. Un cartel diferenciador y de calidad contrastada, comodidad, cercanía, pasión, cero colas, camping gratuito o transporte interno (también gratuito, del recinto al centro y a la zona de acampada) son algunos de los ingredientes de su éxito.
Y al igual que los festivales en Burgos arriba mencionados, en el Ebrovisión también hay espacio para el mercadillo, lo gastronómico, lo cultural y los más pequeños, con su Ebropeque. Como ellos mismos dicen: «Ebrovisión es un festival que enamora, imprescindible para terminar el verano de la mejor manera posible». ¡Estoy segura de que sí!