Si nos sigues de unos meses atrás, sabrás que en Fundación Caja Rural Burgos y CajaViva Caja Rural estamos muy involucrados con el deporte. Con todo tipo de deporte, sí, pero en especial con uno que, creemos, está muy infravalorado. Se trata de la Marcha Nórdica. Un deporte que requiere muy poco equipamiento para ser practicado y ofrece muchísimos beneficios, como podéis leer en otros posts que hemos publicado.
En esta ocasión, hemos querido entrevistar a dos perfiles que, aunque muy diferentes entre sí, comparten la pasión por la Marcha Nórdica. Se trata de Mercedes y Álvaro, dos personas que han conocido este deporte gracias a nuestros cursos y, como ellos mismos dicen, no quieren dejarlo.
¿Quiénes son estos deportistas?
Por una parte, hemos hablado con Mercedes Díez Güemes, una mujer que trabaja para una conocida distribuidora de gas, aunque dedica mucho tiempo a cuidar a sus padres, ya mayores. Le gusta mucho el deporte y lleva un estilo de vida mindfulness.
Por otra parte, Álvaro Da Silva es médico, jefe de sección en la Residencia de Ancianos de Fuentes Blancas, además de docente en la Universidad de Burgos. Practica muchos deportes, como esquí, tenis, pádel, “el deporte que salga”, dice. Ambos, desde que conocieron la Marcha Nórdica, quedaron prendados.
¿Cómo conocieron la Marcha Nórdica?
Ambos, lo cual nos enorgullece, conocieron la Marcha Nórdica gracias a los primeros cursos de la Fundación Caja Rural Burgos. Álvaro supo de sus existencia “a raíz de una propuesta para promocionar la Marcha Nórdica en Burgos”. Fue invitado a la presentación junto al monitor Gerard Gibaja. “Busqué toda la documentación, todo lo publicado relacionado con esa actividad y la verdad es que me sorprendió gratamente. Hay un montón de indicaciones que yo no conocía”, concluye Da Silva.
Mercedes, también gracias a nosotros, fue informada por sus amistades. Se compró unos bastones (que más tarde sabría que no eran de Marcha Nórdica) y se decidió por la posibilidad de hacerlo con un instructor profesional (Gerard Gibaja). Se apuntó al primer curso un domingo y después hizo una marcha. Gracias al buen trato y el “buen rollo” que había, decidió continuar con este deporte.
¿Cómo fueron los primeros pasos?
En esto, ambos coinciden, no habría sido lo mismo sin la instrucción de nuestro monitor de Marcha Nórdica. Ambos dudaban un poco al principio pero, como bien dice Álvaro Da Silva; “la técnica se aprende. No es compleja pero tiene sus particularidades. Si has hecho deporte, enseguida la adquieres”. Y tiene razón, una actividad en la que pones en funcionamiento simultáneo el 90% de la musculatura del cuerpo.
Los primeros pasos de Mercedes Díez también fueron bajo la instrucción de Gerard. “Él vive la Marcha Nórdica, así que consigue transmitirla. A poco que a ti te guste, vas a seguir. Como deporte es sencillo”. Lo que más le gusta a esta deportista de la actividad es que “no requiere una preparación previa enorme, como ir al gimnasio, comprar muchísimo equipamiento, etc”. Sólo se necesita dos bastones y unas buenas zapatillas. En lo que coinciden ambos es que lo imprescindible es un buen profesional que asiente la técnica para poder seguir por tu cuenta. Esto hace que sea para cualquier persona “con cualquier condición, se tenga una patología o no. No es agresivo, es una gozada”, concluye.
¿Qué beneficios aporta?
En este aspecto, cada uno aporta una información muy variada. Álvaro, por su parte, nos ofrece una visión más técnica y sanitaria del deporte. Por su parte, Mercedes nos cuenta cómo ha contribuido psicológicamente la Marcha Nórdica a su vida.
El doctor enumera algunas ventajas de prevención y recuperación frente a lesión, a las cuales atenúa. “Es una actividad que no provoca lesiones“. Además, está indicado para tratar muchas patologías como la insuficiencia cardiaca, párkinson, problemas tras una intervención quirúrgica, dificultad de movimiento, problemas en las rodillas, artrosis, etc.
Además de en lo físico, añade, tiene beneficios en lo social. Se puede hacer en grupo, en la calle o el campo o cualquier tipo de superficie. Genera interés y expectativas en otras personas. No sobrecarga el corazón y no sólo mantiene el fondo físico, sino que lo recupera. Mejora la rehabilitación cardiaca y el reacondicionamiento físico global. “Es una herramienta muy sencilla y eficaz“, finaliza.
¿Qué os gusta más de la Marcha Nórdica?
Mercedes incide en el último punto del doctor. “Si tengo que salir sola, salgo. Pero con este deporte conoces gente con la que no tienes nada que ver”. Además, ver el paisaje, descubrir nueva vegetación o fauna. Eso sí, no te puedes distraer en exceso, porque “también requiere concentración y cuidado con la coordinación“. Es un compendio de todo, como explica Mercedes, que ha hecho cursos de mindfulness y puede aplicar la Marcha Nórdica como filosofía de vida.
En conclusión, mientras Mercedes Díez practica Marcha Nórdica por puro ocio y, como bien dice, “por salud física y mental“, Álvaro Da Silva lo hace, además de por ocio, por competición. Le gusta medirse consigo mismo para superarse y, quizá algún día, medirse con otros deportistas. Recordad que podéis apuntaros a la Marcha Nórdica en el siguiente enlace:
Esperamos que te haya gustado este artículo sobre Marcha Nórdica y, si estás en duda de si practicarlo, estés unos pasitos adelante (con los bastones) para decidirte. Coméntanos en redes sociales si te interesa este deporte, si lo has practicado o tienes en mente hacerlo. ¡Te leemos!